EN LA MUERTE DE JAVIER ARROYO JR.
Un “hachazo invisible y homicida” ha segado la vida de Javi, la ha cortado de cuajo, la breve vida de 34 años del hijo de Javier Arroyo. No estamos preparados para ver morir a un hijo. Es algo tan injusto, tan antinatural, que no lo aceptamos. A Javi no le tocaba.
Pocos compañeros tuvieron la oportunidad de conocerle, pero debió ser una persona extraordinaria, sabiendo cómo es su padre, viendo el gentío que asistió al funeral, y viendo también la infinita pena de padres, hermanos y amigos. Ojalá Dios les dé fuerza a todos para asumir esta tragedia, y esperanza para creer que algún día llegará el reencuentro.
Javier Arroyo Jr, descansa en paz.
Luis Ester Butragueño
Presidente del Club de Golf de Arquitectos de Madrid
